El término "piedra azul" salió de la industria del pavimento para identificar un tipo de piedra arenisca que contiene partículas de cuarzo. Típicamente excavada en canteras en el noreste de los Estados Unidos, la arenisca de tonos azules continúa manteniendo popularidad entre los propietarios de viviendas como material de pavimentación y mampostería. Sin embargo, la absorción de la piedra azul sin sellar la hace susceptible a las manchas, incluidas las manchas de óxido causadas por objetos metálicos que quedan en contacto con las piedras durante largos períodos de tiempo. Elimine las manchas con una cataplasma no tóxica, que lixiviará el óxido de los poros de las piedras.
Paso 1
Limpie las áreas manchadas, frotando con agua caliente y detergente. Enjuague las áreas lavadas con agua limpia.
Paso 2
Compre un material seco, absorbente y en polvo para la cataplasma. Las opciones incluyen polvo de arcilla de caolín, tierra de diatomeas, tiza, yeso moldeado o talco.
Paso 3
Coloque suficiente material seco en un recipiente de mezcla para cubrir las manchas de óxido. Use aproximadamente 1/2 lb. de material seco por cada 6 pulgadas cuadradas de tinción.
Paso 4
Agregue un eliminador de óxido orgánico y sin ácido al material seco. Combine y mezcle el removedor de óxido en el material seco gradualmente, hasta alcanzar una consistencia pastosa.
Paso 5
Humedezca las manchas con una botella de spray. Aplique la cataplasma mientras las áreas manchadas todavía están húmedas. Extienda capas semi-gruesas de cataplasma sobre las manchas.
Paso 6
Coloque trozos de envoltura de plástico sobre las áreas cubiertas con cataplasmas, pegando alrededor de los bordes con cinta de embalaje. Permita que la cataplasma elimine las manchas de óxido durante la noche o hasta que la cataplasma se haya secado por completo.
Paso 7
Retire los trozos de envoltura de plástico y enjuague la cataplasma seca. Aplique un segundo tratamiento de cataplasma, si queda alguna evidencia de la oxidación.
