¿Es seguro un colchón de espuma de poliuretano para bebés?

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Los bebés pasan gran parte de sus días durmiendo y, por lo tanto, pasan mucho tiempo expuestos a lo que podría estar en un colchón. Los padres deben elegir sabiamente para elegir una almohadilla hecha de un material seguro.

La espuma de poliuretano contiene productos químicos que pueden afectar negativamente la salud de un bebé.

La espuma de poliuretano ha sido uno de los materiales para las almohadillas de colchón de cuna durante muchos años, pero aún quedan dudas sobre su seguridad. La evidencia muestra que no es el mejor material para que un bebé duerma, con riesgos para la salud eminentemente presentes. La espuma de poliuretano ya no se considera segura para los bebés, como lo muestra un estudio publicado en Environmental Science & Technology.

Fabricación

La fabricación de espuma de poliuretano comienza con una base de petróleo. Varios procesos químicos crean el producto final y los productos químicos todavía están en el producto final, que un bebé respira continuamente cuando duerme en un colchón de espuma de poliuretano.

Según Healthy Child, los aditivos químicos típicos pueden incluir formaldehído, benceno y tolueno. La EPA clasifica los productos químicos adicionales de este material como contaminantes peligrosos del aire.

Retardantes de fuego

La espuma de poliuretano es un material altamente inflamable. Esto significa que el producto final debe tratarse nuevamente con productos químicos para que sea ignífugo. Estos químicos se han relacionado con el Síndrome de Muerte Súbita Infantil (SIDS), según el científico y químico de Nueva Zelanda Dr. Jim Sprott y según lo informado por Healthy Child. La evaluación de Sprott se basa en los hallazgos de que los químicos se filtran del material y pueden combinarse con ciertos hongos que se encuentran en la ropa de cama para producir gases venenosos. Estos gases no se detectan en una autopsia normal.

Riesgos para la salud

Numerosos peligros para la salud ahora están asociados con los muchos químicos que se encuentran en la espuma de poliuretano. Estos incluyen problemas con el corazón, los pulmones, la garganta, el sistema digestivo, el desarrollo y el crecimiento. Además de estos problemas químicos, la espuma de poliuretano también tiende a descomponerse con el tiempo. Esto provoca un polvo que puede causar problemas respiratorios o agravar los problemas existentes.

Soluciones

Aunque no se considera que una solución sea la mejor, existen alternativas a las almohadillas de espuma de poliuretano. Healthy Child Healthy World sugiere un colchón de lana orgánica, por sus propiedades ignífugas naturales, por su capacidad de absorción de humedad y por ser libre de químicos. Los materiales orgánicos generalmente se consideran más seguros.

Una campaña de prevención de muerte en cunas en Nueva Zelanda afirma tener un éxito del 100 por ciento al envolver los colchones de cunas en un material especialmente formulado hecho de polietileno, por lo que esta es otra alternativa segura. En general, se aconseja a los padres que investiguen y sepan qué hay en cualquier colchón que elijan comprar.

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